El PP tendrá que dar explicaciones al resto de España cuando Cataluña se haya marchado, de porque aquella Cataluña que siempre ha hecho lo imposible para construir un estado moderno, haya decidido construir un estado propio.
Desde la Constitución, pasando por gobiernos de Suárez, González, Aznar, Zapatero y el primer Rajoy, una gran parte de la representación catalana ha colaborado, codo a codo, en la construcción del estado. La última reforma del Estatuto fue el esfuerzo titánico para cuadrar la España imposible. Dos parlamentos aprobaron un estatuto "cepillado" y el pueblo catalán lo ratificó en referéndum. En aquel momento el PP (más ladrón que nunca) vio el límite de su tolerancia y explotó su intolerancia. El boicot de productos catalanes, el bloqueo en la composición del Constitucional hasta rellenarlo de falangistas, la recogida de, a saber, cuántas firmas contra Cataluña, el alarde de la catalanofobia en todos los debates públicos y medios de comunicación comprados... el PP no es un partido de estado, lo hemos visto en el saqueo de los bienes públicos y en la utilización del terrorismo para conseguir sus espurios objetivos de gobierno y corrupción. No encontrará muchos acuerdos antiterroristas firmados por el PP cuando el PSOE estaba en el gobierno; todos se firmaron con el PP en el poder porqué los demás partidos sí tenían sentido de estado. El PP no podrá consolidar un estado si cuando gobierna no tiene sentido de Estado, no lo ha tenido de la mayoría absoluta del 2011 ni en la gestión de las dos patéticas elecciones a las Cortes, en 2015 y 2016, esperando la tener una mayoría suficiente para seguir "gobernando".
La agresión sufrida por Cataluña en 2010 por el Constitucional le obligó a hacer un movimiento participativo, cívico y masivo para conseguir su independencia. Se han dado muestras inmensas de que la voluntad popular iba en serio; desde el 10 de junio de 2010, en aquella primera y masiva manifestación, donde la mayoría salimos autonomistas y volvimos a casa independentistas. Previamente en 2009 ya empezaron en Arenys las consultas populares, que terminaron haciéndose en 549 municipios y con cerca de 900.000 votos. Después vinieron las grandes diadas del 2012 en Barcelona, la Vía Catalana de 2013, la V de 2014, la Meridiana de 2015 y la de los 5 puntos del 2016. Todas ellas sumaron millones de personas en la calle, con un modelo de organización y de civismo magníficos. Entre diadas hubo el acto más masivo de todos, la celebración del 9N, donde 2'3 millones de personas votaron, y mayoritariamente por la independencia de Cataluña. Pues bien, todos y cada uno de estos grandes eventos han sido, insultados, perseguidos, negados y boicoteados por el Estado español, sin darse cuenta de que en cada vejación perdía soportes y legitimidad.
Faltaba la prueba de las urnas, y ésta se hizo el 27 de septiembre de 2015, el independentismo tubo la mayoría absoluta de 72 escaños de los 135 del Parlamento de Cataluña, es esa mayoría la que declarará la independencia de Cataluña, en los próximos meses.
Rajoy ha tenido suficientes indicios, y suficientemente mayoría de cámaras como para iniciar una negociación valiente con Cataluña que le hubiera podido dar resultados entre nuestra gente más dudosa, por mucho que des de este lado, se tenga la conciencia de que los acuerdos firmados con España son papel mojado. Rajoy, por el contrario, se ha limitado a hacer la guerra sucia y complots, a estimular la catalanofobia, a negar y a criminalizar el independentismo, a recortar las inversiones, a boicotear la acción comercial de la Generalitat, a manipular a la fiscalía y a la judicatura para deshacerse de sus enemigos políticos y proteger sus ladrones ... Mientras, en paralelo, iba rescatando bancos, abaratando el despido de los trabajadores, cobrando comisiones para su PP, construyendo corredores del Mediterráneo que pasan por Madrid, vaciando el fondo de reserva de las pensiones ...
Rajoy tendrá que dar muchas explicaciones cuando en los próximos meses se encuentre con la independencia de Cataluña, con que Europa le niega un crédito que ya sabe que no recuperará nunca, con una economía centralizada y colapsada incapaz de producir y crecer lo suficiente como para mantener líneas vacías de AVE y pagar las pensiones... Sí. Rajoy tendrá que dar muchas explicaciones y no habrá plasma que lo tape.
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